Un proyecto que comenzó como una sencilla clase de Educación Física se ha transformado en un modelo nacional de convivencia, salud y aprendizaje compartido. “Compartiendo Movimiento” demuestra que cuando las escuelas abren sus puertas, las comunidades enteras aprenden a respirar en el mismo ritmo.
Por Any Altamirano
HoyLunes – En el patio del CEIP Katia Acín, en Binéfar, no hay edades: hay pasos, risas y miradas que se reconocen. Niños y mayores comparten una pelota, un ejercicio o un gesto de ánimo. Es un movimiento que va más allá del cuerpo: una coreografía de confianza, donde cada generación enseña y aprende al mismo tiempo.
Así nació “Compartiendo Movimiento”, una iniciativa que ha logrado algo inusual: convertir la actividad física en una experiencia intergeneracional de crecimiento y afecto. Lo que comenzó como un proyecto local en Huesca hoy se prepara para extenderse por todo el país, impulsado por el Ministerio de Educación, Formación Profesional y Deportes, la Fundación Deporte Joven y la Asociación Nereu.
España se enfrenta a un reto común en muchas sociedades avanzadas: reconectar generaciones que viven demasiado separadas. En ese contexto, este programa representa una respuesta pedagógica y emocional a la soledad, la inactividad y la desconexión social.

Los resultados hablan por sí solos:
El 72% de las personas mayores afirma sentirse con más ánimo y energía.
El 31% practica más ejercicio de forma regular.
El 84% se siente más integrada en la comunidad escolar.
El 100% del profesorado considera el programa enriquecedor y educativo.
Más que un proyecto educativo, es una estrategia de cohesión social. Y el Ministerio ha sabido ver en esta semilla algo mayor: un modelo de futuro para una educación que no se limite a transmitir conocimientos, sino que construya bienestar compartido.
La ministra Pilar Alegría lo resumió con una frase que hoy resuena en muchas aulas:
“Este modelo nacido en Binéfar funciona, emociona y mejora la vida de la gente”.

El compromiso institucional con su expansión confirma una línea de acción coherente con los valores del Gobierno: fomentar la innovación educativa, el deporte de base, la salud emocional y la comunidad como pilares de una España más solidaria y saludable.
El CEIP Katia Acín, con 189 alumnos, ha convertido la innovación educativa en un acto de humanidad. Su equipo docente aplica el modelo “Metodologías 360º”, integrando aprendizaje guiado, talleres y espacios abiertos para fomentar la autonomía y la creatividad.
Su director, Luis Morillo, lo explica con sencillez:
“Queríamos que nuestros alumnos devolvieran a la sociedad lo que reciben. Que fueran agentes del cambio”.
El resultado ha sido una red local de cooperación entre escuelas, asociaciones, centros de salud y ayuntamientos. Un modelo que no solo mejora la educación, sino que fortalece el tejido social.

Con el apoyo del Ministerio, la Fundación Deporte Joven y la Asociación Nereu, el programa se extenderá en el curso 2024/2025 a diez centros educativos de distintas comunidades autónomas. Su evolución anticipa una España donde la educación física sea también educación emocional, y donde cada escuela se convierta en motor de bienestar colectivo.
Cuando un niño ayuda a un adulto mayor a completar un ejercicio, o cuando una abuela enseña a un grupo de alumnos cómo mantener el equilibrio, ambos están aprendiendo algo esencial: que moverse juntos también es cuidar juntos.
“Compartiendo Movimiento” no es solo una política educativa: es una metáfora del país que España está construyendo, paso a paso, desde sus aulas y sus plazas.
Un país donde cada generación encuentra su lugar y su ritmo, porque el futuro se mueve mejor cuando se mueve unido.


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